domingo, 22 de abril de 2012

CRISTIADA (FOR GREATER GLORY)



Por: Fabián Quezada León
Es 1926 en México. El país hace casi nada ha terminado la Revolución y el lento proceso de construcción como una nación está llevándose a cabo. El mandatario en turno era Plutarco Elías Calles, militar que había sido general de la Revolución Mexicana. Por diversas razones de índole político promulga  “La Ley Calles”, con la que, amén de consolidar la hegemonía del joven Estado Mexicano, buscaba restar poder a la Iglesia, este dictamen fue tomando tonos cada vez más álgidos al confrontar lo más profundo de las raíces del pueblo: la fe.  
La expulsión de sacerdotes y la prohibición del culto,  con las subsecuentes reacciones extremas, fueron la continuación de esta lucha fratricida.
Las iglesias fueron cerradas en todo el país y el sacerdote que fuera sorprendido ofreciendo cualquier tipo de servicio público o religioso era encarcelado o ejecutado, al igual que a los feligreses que participaran de él.
En este contexto conocemos a los principales protagonistas de la historia: Enrique Gorostieta, un general retirado con carrera en la milicia, José Sánchez del Río (Kuri) un adolescente que de ser un chico travieso llega a extremos por defender su fe. “El catorce”, (Isaac) célebre líder Cristero que debe su mote a que en una emboscada en la que los federales deseaban asesinarlo; él, de propia mano, dio muerte a 14 elementos del ejército. O el padre Vega (Cabrera) quién después fue general de la rebelión.
De esta manera, la respuesta a Calles se fraguó en el territorio Cristero. Grandes historias de lucha y de fe se dieron en ese tiempo. Al final, tras el conflicto y diversas situaciones que intervinieron en él, la lucha terminó con la restitución del culto en 1929.
 Tratar un tema histórico nunca es una tarea sencilla, porque siempre la historia es un cuchillo de doble filo. Generalmente la versión oficial será la de los ganadores, sin que ello signifique que sea la verdadera.
El episodio de la guerra Cristera ha sido uno de los menos tocados en los relatos que de “la historia oficial” se han hecho en el cine  porque es un tema candente, y del que aún existe una generación que lo vivió; eso sin contar el importante detalle de que implica uno de los temas tabú en los que no se debe polemizar a riesgo de salir raspado: la religión.
El mexicano, independientemente de la creencia que se siga, posee un sentido particularmente sensible de religiosidad; desde épocas precolombinas hasta la actualidad tenemos indicios de que la manifestación de esta se exalta y se manifiesta de mil maneras.
Habitar en los 20’s donde las condiciones de tradicionalidad y religión eran aún mucho más arraigados y así mismo considerando la situación que se acababa de vivir en México (el Porfiriato, la Revolución y la perenne lucha por el poder) eran el caldo de cultivo adecuado para que el conflicto tomara esas proporciones.
El México central, además (Jalisco, Zacatecas, Guanajuato, Aguascalientes, San Luis Potosí) se ha caracterizado por su “tradicionalidad”, por lo que al enfrentarse con la brutalidad del régimen de Calles, la mecha encontró un detonante.
Se adoptó una política férrea que buscaba reprimir y atemorizar a la población a través de matanzas y ejecuciones públicas.  Esto obviamente desencadenó una resistencia social, política y armada, encabezada por la  “Liga Nacional para la Defensa de la Libertad Religiosa”. El movimiento, que comenzó como una protesta civil, devino en un brazo armado, el cual consistía en revueltas independientes y locales en diferentes pueblos del territorio mexicano, constaba de rancheros, líderes postrevolucionarios, civiles y sacerdotes, quienes  fueron bautizados con el nombre de Cristeros, debido a su grito de batalla: “Viva Cristo Rey”.
La Liga, liderada por Anacleto González Flores (Verástegui) y Adriana Valdez (Sandino Moreno) entre otros, al ver frustrados todos sus intentos pacíficos de ofrecer una resistencia civil; decide dar el siguiente paso y organizar a las fuerzas cristeras en todo el país, creando un mando central y contratando a un General en jefe: Enrique Gorostieta (García), un militar federal retirado que ahora se dedica a su empresa y vive de glorias pasadas. Gorostieta acepta el cargo por razones primordialmente económicas en un principio.
Dejando a un lado las penurias, tragedias y grandes historias de fe y de intolerancia, incomprensión y ambición que han caracterizado las guerras en la historia de la humanidad, Cristiada viene a exponer (si bien de una manera muy breve) pero por primera vez de forma “a la manera de Hollywood” uno de los episodios  nacionales de los que se había hablado poco y expuesto masivamente menos como lo comentaba anteriormente.
Paradójicamente, en la trama se reflejan algunos de los problemas que vienen desde hace mucho antes del conflicto Cristero, que aún son una asignatura pendiente en nuestro país y que para colmo se recrudecen cada seis años cuando se ligan con las ambiciones políticas. 
La lucha por el poder y las alianzas entre las facciones más disímbolas hoy por hoy se han hecho tan evidentes que aunque al principio nos azoraban, ahora ni siquiera nos hacen levantar una ceja, como si hubiéramos llegado a un estado de sedación ante la corrupción y la desfachatez.
Evidentemente, el motor de hacer la cinta no es exponer esos problemas políticos de México y su irresolución,  sino hacer un enunciado de los principales personajes, basados en los mártires Cristeros y que fueron reconocidos por la Iglesia recientemente. Lo positivo de esto es que el público conozca, aunque sea brevemente, que en la historia reciente (independientemente de la causa que los guie, en este caso la fe) existieron personas que dieron todo por seguir una causa. Actitud que implica un compromiso que en estos momentos en el país, nos haría buena falta
La película tiene una inversión considerable, el filme más caro en la historia del cine mexicano ($ 110 mdp) y se manejó un elenco interesante, aunque eso no significa una garantía; el guión es sencillo y no se mete en demasiadas honduras, se muestran algunas escenas de violencia y batalla y se puede decir que los personajes no llegan a lo profundo; eso sin mencionar que además algunos han comentado  “¿por qué hacerla en inglés?” o “¿por qué darle el protagónico a extranjeros?”; salta a la vista que las razones se basan en el mercado y en la internacionalización de la cinta, aunque evidentemente resulta muy extraño el escuchar a Calles (Blades) hablando inglés con acento y pidiendo unos “chilaquiles” en español.

 

Director: Dean Wright

Reparto: Peter O'Toole, Andy García, Eva Longoria, Oscar Isaac, Néstor Carbonell, Santiago Cabrera, Mauricio Kuri, Eduardo Verástegui, Catalina Sandino Moreno, Rubén Blades,

País: México,

Año 2012

Género: Drama histórico

Clasificación: Mayores de 15. Violencia

Fecha de estreno en México: 20 de Abril

 

 

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